La Reencarnación



La reencarnación es imposible. El pasado no existe ni el futuro tampoco, y la idea de nacer en un cuerpo ya sea una o muchas veces no tiene sentido. La reencarnación, por lo tanto, no puede ser verdad desde ningún punto de vista. Nuestra única pregunta debería ser: "¿Es un concepto útil?" Y eso depende, por supuesto, del uso que se le dé. Si se usa para reforzar el reconocimiento de la naturaleza eterna de la vida, es ciertamente útil. *


"La idea de que pasamos de una vida a otra ocupando distintos cuerpos es aceptada por la mayor parte de la población mundial. En Estados Unidos, no conozco ninguna encuesta de población que sea precisa con respecto a este tema, pero hay muchas personas que creen haber vivido antes y que volverán a vivir. Este concepto se trata de manera diferente en el Curso, porque enseña que, en realidad, nunca estamos en un cuerpo. No “encarnamos”. El propio cuerpo no es sino un ingrediente de la proyección del universo de tiempo y espacio. El cuerpo parece rodearnos como parte del plan de separación del ego, pero, en realidad, no tiene más existencia que el resto del mundo.

Así, nuestras vidas son sueños ilusorios en los que vivimos en un cuerpo. Mientras que la mayoría concibe las vidas anteriores como encarnaciones físicas, el Curso las considera una serie de alucinaciones que deben disiparse en vez de atesorarse. Resulta muy tentador enorgullecerse de una vida anterior, en la que uno pareció ser alguien importante, y hacer que esa vida y el cuerpo sean reales. Las personas que recuerdan vidas suelen acordarse de las más notables, y olvidan aquellas en las que murieron en prisión o tirados en la calle. El ego quiere hacer las cosas atractivas para que volvamos a por más.

No obstante, el concepto de reencarnación resulta útil si se usa para ampliar la idea de que este aparente ciclo de vida no es todo lo que hay, y que la vida –ilusoria o real- no termina. Como J dice en el Curso, debemos reconocer que “… el nacimiento no fue el principio y que la muerte no es el final”. Si repasamos mentalmente lo que ya ha ocurrido, aunque parezcamos atrapados en un cuerpo, vemos que toda la película es un truco. En el mundo ilusorio hay una continuidad, pero nada en ella es real, ni el cuerpo. Si bien la reencarnación no es un hecho, sino una ilusión, fomenta la idea de que esta vida no es tan importante como pensamos, porque hay muchas. En un momento dado Arten y Pursah me dijeron que parece que vivimos miles de vidas. Esto estaría en armonía con una afirmación del “Manual para el maestro”: “Mas siempre hay algo bueno en cualquier pensamiento que refuerce la idea de que la vida y el cuerpo no son lo mismo”.

A medida que los años se confundían unos en otros, empecé a ver las cosas que me habían pasado y las que no me habían pasado como puro y simple karma. Si alguien parecía atacarme en esta vida, significaba que yo lo había atacado en otra. Si no había sido bueno con ciertos individuos en esta vida, se debía a que ellos no habían sido buenos conmigo en un pasado del que no siempre era consciente, pero que la mente inconsciente nunca olvida. Lo que era diferente ahora era que tenía las herramientas para elevarme por encima del proceso de causa y efecto ilusorios al que se denomina karma. El verdadero perdón funde el karma. Tanto la causa como el efecto son deshechos. Si la lección se aprende y se resuelve por medio del perdón, ya no hace falta que retorne en una futura vida onírica. El mal karma desaparece.

La causa y el efecto aparentes también se aplican a las circunstancias y se muestran en la pantalla como dualidad. Si una persona es rica en esta vida, ha sido pobre en otra ocasión. Si es pobre, ha sido rica. Si tiene salud, ha estado enferma en una vida anterior. Si está enferma, tuvo la experiencia de una salud radiante en otra vida.

[...]

Existen sucesos universales que demuestran que el guión está escrito y que los orientales tienen razón cuando concluyen que cualquier cosa que te ocurra es tu karma. Existen personas que son víctimas y que el mundo considera que no se merecen su destino; también están los extremadamente ricos, que otros piensan que no se lo han ganado. La vida no es justa. Por supuesto que no. Pero hay una razón por la que las cosas son así. El Curso probablemente diría que no es una muy buena razón, que la justicia kármica es más una descripción del problema que una solución. Nuestra verdadera libertad reside en mirar más allá del mundo ilusorio y despertar al mundo real." *













Texto de Un Curso de Milagros