Lo que enseña el Ego y lo que enseña el Espíritu Santo

Lo que importa es que actúes con el amor del Espíritu Santo 
y no para la glorificación del ego. 
No es lo que haces, sino con quién lo haces. 
¿Con el ego o con el Espíritu Santo? *

"El ego enseña que el Cielo está aquí y ahora porque el futuro es el infierno. Hasta cuando ataca tan despiadadamente que trata de quitarle la vida al que cree que Su Voz es la única que existe, incluso a ése le habla del infierno. Pues le dice que el infierno está también aquí, y lo incita a que salte del infierno al olvido total. El único tiempo que el ego le permite contemplar a cualquiera con ecuanimidad es el pasado. Mas el único valor de éste es que no existe."

"El ego no hace alarde de su amenaza final, pues quiere que sus devotos sigan creyendo que les puede ofrecer una escapatoria. Pero la creencia en la culpabilidad no puede sino conducir a la creencia en el infierno, y eso es lo que siempre hace. De la única manera en que el ego permite que se experimente el miedo al infierno es trayendo el infierno aquí, pero siempre como una muestra de lo que te espera en el futuro. Pues nadie que se considere merecedor del infierno puede creer que su castigo acabará convirtiéndose en paz."

"El Espíritu Santo enseña, por lo tanto, que el infierno no existe. El infierno es únicamente lo que el ego ha hecho del presente. La creencia en el infierno es lo que te impide comprender el presente, pues tienes miedo de éste. El Espíritu Santo conduce al Cielo tan ineludiblemente como el ego conduce al infierno. Pues el Espíritu Santo, que sólo conoce el presente, se vale de éste para desvanecer el miedo con el que el ego quiere inutilizar el presente."

"El Espíritu Santo quiere desvanecer todo esto ahora, No es el presente lo que da miedo, sino el pasado y el futuro, mas éstos no existen. 

El miedo no tiene cabida en el presente cuando cada instante se alza nítido y separado del pasado, sin que la sombra de éste se extienda hasta el futuro. Cada instante es un nacimiento inmaculado y puro en el que el Hijo de Dios emerge del pasado al presente. Y el presente se extiende eternamente. Es tan bello, puro e inocente, que en él sólo hay felicidad. En el presente no se recuerda la obscuridad, y lo único que existe es la inmortalidad y la dicha." *












Texto de Un Curso de Milagros