Eres el Hijo de Dios
Santificado en la Paz, el Amor y la Felicidad Absolutas.
Ahora y por siempre.
Tú estás en Él y Él está en ti, Unidos en la Eternidad.
Eres Espíritu Inmortal.
Ése es tu verdadero Ser.
Por un instante el pensamiento de estar separado de Dios entró en tu mente y tal como apareció fue corregido, pues en Su Reino el error NO es posible, pero tu sentimiento de culpa ya había hecho que dieras crédito a esta ilusión y, en tu ilusión, te fragmentaste. De esta manera podías dividir tu culpa en todos tus fragmentos y aligerar así tu pesada carga. Ya no eras Un Sólo Ser sino millones de seres.
Olvidas que eso NUNCA ha sucedido. Tu ego y el de tus fragmentos te afirman en cada momento que estás separado. Pero eso ES UNA ILUSIÓN. Cada vez que afirmas la separación te apartas de tu Ser, lo destruyes. El ego separa, ésa es su naturaleza NO la tuya. Recuérdalo.
Creíste que tu ilusión era real. Ya no podías ver en ti la Paz, el Amor y la Felicidad Absolutas pues las crees fragmentadas. Dividiste tu Poder. Y se lo ofreciste al ego. Al fragmentarte dejaste de ver Tu perfección y empezaste a ver lo que No eras. Si veías en los demás imperfección te haría creer que eso eran ellos y no tú, y te haría sentir menos culpable. ¡Pero ellos son tú!